Se desconoce el número de personas con fibromialgia en nuestro país, pero se calcula que pueda afectar a casi el 3% de la población. La fibromialgia no es una discapacidad en sí misma, pero alrededor del 50% de las personas que la padecen presentan un alto grado de discapacidad para desarrollar las actividades básicas de la vida diaria. Incluso aquellos que no experimentan una gran discapacidad de forma continuada, pueden tener días especialmente incapacitantes.
Por lo tanto, la fibromialgia suele tener un impacto significativo en la calidad de vida del paciente, alterando su capacidad para participar en actividades laborales, sociales y recreativas.
Debido a la naturaleza compleja y variable de esta enfermedad, la valoración de la discapacidad por fibromialgia puede ser un proceso complicado. Contar con un peritaje médico que valore el grado de afectación de la enfermedad en la vida del paciente, registrándolo en un informe pericial, puede ser de gran ayuda a la hora de solicitar un grado de discapacidad.
QUÉ ES LA FIBROMIALGIA
La fibromialgia es una enfermedad crónica del sistema nervioso que se caracteriza por dolor generalizado en músculos, tendones y ligamentos, así como fatiga, problemas de sueño y alteraciones del estado de ánimo. Afecta principalmente a mujeres de mediana edad, aunque también puede presentarse en hombres y en personas de cualquier edad.
Se calcula que entre un 2% y un 6% de la población sufre esta enfermedad, la mayoría mujeres de entre 20 y 50 años.
La causa exacta de la fibromialgia no se conoce, pero se cree que está relacionada con una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Algunos estudios sugieren que puede haber una disfunción en el procesamiento del dolor en el cerebro, lo que hace que las personas con fibromialgia sean más sensibles al dolor y experimenten una mayor intensidad de éste.
Los síntomas de la fibromialgia pueden variar de persona a persona, pero los más comunes incluyen dolor generalizado en el cuerpo, rigidez matutina, fatiga, problemas de sueño, dolores de cabeza, síndrome del intestino irritable, ansiedad y depresión. La intensidad del dolor y otros síntomas pueden fluctuar con el tiempo, lo que puede hacer que el diagnóstico de la fibromialgia sea difícil.
No existe una cura para la fibromialgia, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas. El tratamiento puede incluir medicamentos para el dolor, la ansiedad y la depresión, así como terapia física y ocupacional. También se pueden recomendar cambios en el estilo de vida, como hacer ejercicio regularmente, llevar una dieta saludable y equilibrada y evitar el consumo de alcohol y tabaco.
Es importante la atención individualizada y ajustada a cada paciente, teniendo en cuenta sus circunstancias personales y las limitaciones de movimiento que pueda tener.
SÍNTOMAS DE LA FIBROMIALGIA
Algunos de los síntomas más comunes de la fibromialgia son:
- Dolor generalizado en todo el cuerpo, que puede ser agudo o sordo, constante o intermitente.
- Fatiga y cansancio extremo, incluso después de dormir bien.
- Trastornos del sueño, como insomnio, despertares frecuentes durante la noche, o sueño no reparador.
- Rigidez en los músculos y articulaciones, especialmente por la mañana o después de estar sentado o inactivo durante un período de tiempo.
- Dificultad para concentrarse, recordar cosas y prestar atención, también conocida como "niebla cerebral".
- Dolores de cabeza y migrañas.
- Sensibilidad a la luz, al sonido y a los olores.
- Problemas digestivos, como diarrea, estreñimiento, dolor y/o distensión abdominal.
- Ansiedad y depresión.
- Hormigueo o entumecimiento en las extremidades.
La combinación de estos síntomas puede causar una incapacidad para trabajar, por lo que entre el 15 y 20% de los pacientes piden la baja laboral.
DIAGNÓSTICO DE LA FIBROMIALGIA
El diagnóstico de la fibromialgia se basa principalmente en la historia clínica del paciente y en la presencia de dolor generalizado durante más de tres meses, así como en la presencia de puntos sensibles en el cuerpo.
Estos puntos se encuentran en áreas específicas del cuerpo y se caracterizan por ser muy sensibles al tacto. Para ser diagnosticado con fibromialgia se deben encontrar al menos 11 de estos puntos sensibles.
Para conseguir un diagnóstico certero es recomendable acudir a un especialista en reumatología que tenga la capacidad de descartar otras opciones.
Aunque la realización de un diagnóstico 100% fiable no es posible con los medios disponibles a día de hoy, existen 3 factores a tener en cuenta:
- Dolor generalizado con una duración de más de tres meses.
- Ausencia de otra enfermedad preexistente que pueda estar causando los síntomas o potenciándolos. Para ello se realizarán radiografías, TACs, análisis de sangre, etc.
- Aparición de síntomas como fatiga, cansancio constante y dificultad para pensar o concentrarse.
TIPOS DE FIBROMIALGIA
Se puede hablar de 3 tipos de fibromialgia en función de su causa u origen:
- Fibromialgia de tipo primario. El paciente presenta dolores musculares generalizados y puntos del cuerpo más sensibles al dolor.
- Fibromialgia de tipo acompañante. Cuando está provocada por otra enfermedad, como, por ejemplo, la artritis reumatoide, que explicaría el dolor localizado, pero no el dolor generalizado o difuso en otras partes del cuerpo.
- Fibromialgia de tipo secundario. Cuando tiene su origen en enfermedades de origen reumático, inmunológico o infeccioso.
¿CUÁNTOS GRADOS DE FIBROMIALGIA EXISTEN?
Por regla general, se establecen hasta 4 grados de fibromialgia, según su afectación.
Grado I
Es el que tiene menos impacto en la vida cotidiana de la persona. Puede llevar una vida normal y no representa una limitación muy importante en las actividades laborales. Los síntomas se suelen notar al realizar esfuerzos físicos o mentales, por lo que el paciente deberá introducir cambios en su estilo de vida para evitar actividades demasiado agotadoras.
Grado II
Tiene un impacto moderado en la vida del paciente e implica una pérdida parcial de las actividades cotidianas, ya que la enfermedad interfiere en su día a día. Puede sufrir episodios de fatiga más largos e intensos. No sólo se ve afectado en el plano laboral, sino que también repercute en las actividades de la vida doméstica y de ocio. Incluso puede necesitar ayuda para realizar según qué esfuerzos.
Grado III
La calidad de vida del paciente se ve claramente mermada, y en muchas ocasiones necesita pedir la baja laboral. Padece fatiga aguda, por lo que está incapacitado para realizar tareas intensas y necesita ayuda.
Grado IV
En este grado el paciente padece fatiga extrema. Depende de otras personas para realizar actividades cotidianas y su autonomía se ve reducida.
¿CÓMO SE VALORA LA DISCAPACIDAD POR FIBROMIALGIA?
La valoración médica de la discapacidad por fibromialgia puede ser un proceso complejo y requiere la evaluación cuidadosa de los síntomas y limitaciones de cada persona afectada. Como hemos visto, la fibromialgia no se puede diagnosticar mediante pruebas médicas convencionales, lo que dificulta su valoración.
Para evaluar la discapacidad por fibromialgia, se pueden utilizar diversas herramientas, como cuestionarios de evaluación de síntomas y escalas de dolor. Además, es importante que el médico tenga en cuenta los informes de los especialistas que han tratado al paciente, como reumatólogos, neurólogos, psiquiatras o fisioterapeutas.
El médico también puede considerar la capacidad funcional de la persona para realizar actividades cotidianas y laborales (trabajar, realizar tareas domésticas y cuidar de sí misma), la frecuencia e intensidad de los síntomas y el impacto en la calidad de vida.
El certificado de discapacidad es el reconocimiento administrativo de la discapacidad. Su propósito es compensar las desventajas sociales que implica esta condición. Se tramita en los centros base de atención a personas con discapacidad de las Comunidades Autónomas por los Equipos de Valoración y Orientación (EVO), formados por, al menos, un médico, un psicólogo y un trabajador social.
Si quieres solicitar una discapacidad por fibromialgia y ser beneficiario de ventajas económicas, sociales y fiscales, lo mejor es que acudas a un especialista para que te realice una valoración en la que estudie y refleje las limitaciones del día a día y en qué grado te afectan dichas limitaciones.
Asimismo, si es necesario acudir a los tribunales para reclamar un grado de discapacidad, con este informe pericial médico el abogado podrá interponer una demanda que inicie el procedimiento contencioso administrativo.
En resumen, para solicitar el reconocimiento tanto de la incapacidad permanente como de la discapacidad es importante disponer de buenos informes médicos y que el proceso sea llevado por un abogado y perito especializados.
Si quieres iniciar un proceso para solicitar un grado de discapacidad, o si la Administración te lo ha denegado o consideras que el grado otorgado es inferior al que debería corresponderte, pídenos de forma gratuita un estudio de viabilidad y te sacaremos de dudas. De igual manera, si quieres saber qué informes médicos debes presentar para solicitar una discapacidad nuestros peritos te orientarán para que vayas lo mejor preparado posible al reconocimiento del EVO.