A menudo recibimos consultas de clientes que no saben bien cuál es la diferencia entre un perito judicial y un abogado, qué función desempeña cada uno en un juicio y si es necesario contar con ambos para que un procedimiento sea exitoso. En este artículo te vamos a contar qué competencias tienen y por qué es tan recomendable basar tu defensa en una estrategia conjunta.
Los peritos judiciales y los abogados suelen formar un equipo. Los peritos son indispensables cuando los abogados necesitan la opinión de un experto en el marco de un juicio con complejidades técnicas, como, por ejemplo, en un juicio de incapacidad permanente, donde el perito, con su informe pericial médico, detallará al juez las lesiones y secuelas del paciente que le incapacitan para el correcto ejercicio del trabajo y le hacen merecedor de una pensión de invalidez.
Su concurso también será fundamental en reclamaciones de indemnización por negligencia o mala praxis médica o en accidentes laborales, juicios donde se debe demostrar que hubo una deficiente actuación profesional que provocó una serie de daños. El perito judicial analizará la secuencia de los hechos, el nexo causal y el grado de implicación, y en paralelo valorará el impacto físico y emocional causado en la víctima.
PERITO DE PARTE E INFORME PERICIAL
Aunque el juez puede solicitar la intervención de un perito judicial en estos casos, para tener más garantías de éxito el abogado puede contar con un perito de parte; de hecho, lo ideal es que el perito colabore con el abogado desde el mismo momento de la preparación de la demanda, de cara a definir la mejor estrategia.
El abogado se encargará de dirigir la estrategia, mientras que el perito respaldará su tesis y aportará su testimonio con su informe o dictamen pericial, que es un medio de prueba y suele tener un gran peso en el fallo del juez. Por lo tanto, para lograr una sentencia favorable el trabajo de ambos deberá estar muy bien coordinado.
El perito deberá anticiparse también a los contrainformes que puedan emitir los peritos de la parte contraria para rebatir los posibles argumentos esgrimidos.
No obstante, hay que dejar claro que el perito judicial deberá regirse por la objetividad; esto es, aunque su testimonio sea subjetivo, deberá estar fundamentado en pruebas y datos objetivos. De lo contrario, podría ser declarado inválido y enfrentarse a consecuencias penales.
Es bastante común que un abogado busque un perito experto en la materia que le ocupa. Si eres un abogado y precisas de los servicios de un perito judicial especialista en incapacidad laboral, discapacidad, negligencias médicas o accidentes de trabajo, en Peritos Legales ponemos a tu disposición a los peritos médicos mejor cualificados, y si eres un particular, en nuestro gabinete pericial encontrarás todo lo que necesitas: abogado y perito judicial. Te ofrecemos la mejor defensa legal y médica posible para que tu reclamación prospere y te den lo que es tuyo.
¿CUÁNDO INTERVIENE UN PERITO Y CUÁNDO UN ABOGADO?
Aunque ambos participan en procesos judiciales, el abogado y el perito intervienen en momentos y con funciones muy distintas.
El abogado es quien asesora legalmente a su cliente desde el primer momento. Su intervención comienza incluso antes de iniciar un procedimiento judicial: redacta escritos, presenta demandas o recursos, representa al cliente ante el juzgado y se encarga de defender sus intereses jurídicos a lo largo de todo el proceso.
Por su parte, el perito judicial actúa cuando el caso requiere conocimientos técnicos o especializados que van más allá del derecho. Es el profesional encargado de analizar hechos desde un punto de vista científico, médico, contable, psicológico, etc., y plasmar sus conclusiones en un informe pericial. Su intervención suele producirse durante el desarrollo del procedimiento, a instancia de una de las partes o por designación del juzgado.
En resumen:
- El abogado se encarga de la estrategia legal y la defensa jurídica.
- El perito aporta conocimiento técnico objetivo sobre hechos concretos que necesitan ser valorados con criterios profesionales.
Ambos son figuras complementarias y, en muchos casos, la colaboración entre abogado y perito resulta clave para la resolución del litigio.
¿PUEDE UN ABOGADO PROPONER A UN PERITO JUDICIAL?
Sí, un abogado puede proponer la intervención de un perito judicial cuando considera que el caso necesita el respaldo de un informe técnico o especializado. Esta propuesta se realiza dentro del proceso judicial y debe justificarse adecuadamente, ya que el objetivo es aportar elementos objetivos que ayuden al juez a valorar aspectos concretos del caso que requieren conocimientos técnicos.
Por ejemplo, en un procedimiento por negligencia médica, el abogado puede solicitar un informe pericial médico que analice si la actuación sanitaria fue correcta o no. Lo mismo ocurre en casos de daños materiales, disputas económicas, conflictos laborales o valoraciones psicológicas: el perito actúa como experto independiente y su informe puede ser decisivo.
El abogado puede proponer a un perito de parte (designado directamente por la persona a la que representa) o solicitar al juzgado que designe un perito judicial oficial inscrito en las listas de profesionales habilitados. En ambos casos, el informe pericial deberá cumplir con requisitos formales y puede ser objeto de ratificación y defensa durante el juicio oral.
Contar con un buen perito puede reforzar enormemente la estrategia legal, por lo que muchos abogados colaboran estrechamente con expertos de confianza en distintas áreas.
¿PUEDE UN PERITO ACTUAR COMO TESTIGO EN UN JUICIO?
Sí, un perito judicial puede actuar como testigo en un juicio, pero su intervención tiene características distintas a la de un testigo convencional. En estos casos, se habla de "perito testigo" o de la ratificación del informe pericial.
Cuando un perito ha emitido un informe dentro de un proceso judicial, puede ser citado a juicio para explicar, aclarar o defender sus conclusiones ante el juez y las partes. Esta comparecencia se realiza durante la fase de prueba y permite que el perito responda a preguntas del abogado que lo propuso, del abogado contrario e incluso del juez.
A diferencia de un testigo ordinario, que aporta información sobre hechos que ha presenciado o conocido directamente, el perito no declara sobre hechos, sino que ofrece una valoración técnica y objetiva basada en su conocimiento profesional y en el análisis realizado para el caso.
Esta intervención es clave, ya que el juez no está obligado a aceptar el informe pericial tal cual, pero suele tenerlo muy en cuenta, sobre todo si el perito demuestra solvencia, claridad y rigor durante su declaración.
RESPONSABILIDADES LEGALES DEL PERITO Y DEL ABOGADO
Tanto el abogado como el perito judicial desempeñan funciones esenciales dentro de un procedimiento judicial, y ambos están sujetos a importantes responsabilidades legales y éticas en el ejercicio de su labor.
El abogado tiene la responsabilidad de defender los intereses de su cliente conforme a la ley, actuando con diligencia, lealtad y confidencialidad. Está obligado a mantener el secreto profesional y puede incurrir en responsabilidad civil si comete errores graves que perjudiquen a su cliente, e incluso en responsabilidad penal si incurre en conductas ilícitas como falsedad, omisión dolosa o revelación de secretos.
Por su parte, el perito judicial debe actuar con objetividad, imparcialidad y rigor técnico. Su principal obligación es emitir un informe veraz, basado en conocimientos especializados, sin favorecer a ninguna de las partes. Si el perito falsea datos, actúa con negligencia o falta a la verdad, puede ser sancionado disciplinariamente y también incurrir en responsabilidad civil o penal, especialmente si su actuación influye de forma determinante en el resultado del proceso.
Ambos profesionales deben respetar los principios deontológicos de sus respectivas disciplinas, ya que su actuación puede tener consecuencias directas en los derechos de las personas involucradas en el procedimiento.
Por eso, elegir un abogado competente y un perito judicial cualificado es clave para garantizar una defensa eficaz y una prueba técnica sólida.
¿UN MISMO PROFESIONAL PUEDE SER ABOGADO Y PERITO JUDICIAL?
En términos generales, sí es posible que una misma persona esté habilitada como abogado y como perito judicial, siempre que cuente con la titulación y experiencia requeridas en ambas disciplinas. No obstante, hay que tener en cuenta importantes limitaciones éticas y legales cuando se ejerce esta doble condición.
La principal regla es que un profesional no puede intervenir en un mismo procedimiento como abogado y como perito al mismo tiempo. Es decir, no puede defender a una de las partes y, a la vez, emitir un informe técnico sobre los hechos objeto del litigio. Esta incompatibilidad responde a un principio básico: garantizar la imparcialidad del perito y evitar cualquier conflicto de intereses.
Además, el hecho de estar colegiado como abogado no habilita automáticamente para actuar como perito judicial. Para ello, el profesional debe contar con formación técnica acreditada en la materia pericial (por ejemplo, medicina, arquitectura, ingeniería, psicología, etc.) y estar inscrito en los registros de peritos de los juzgados o de los colegios profesionales correspondientes.
Por tanto, aunque un mismo profesional pueda ejercer como abogado en unos procedimientos y como perito en otros, debe elegir claramente su papel en cada caso y actuar con total transparencia y ética profesional
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